Recientemente, una amiga de trabajo tuvo que irse por una infección intestinal. El médico le dijo que tenía una parasitosis intestinal por Giardia lamblia. Esto nos hizo pensar en cuánto común es esto y cómo es importante saber sobre los síntomas y cómo tratarlos.
Las parasitosis intestinales ocurren cuando parásitos infectan el tracto digestivo. Estos parásitos pueden ser protozoos o helmintos. Son más comunes en países en desarrollo pero también están creciendo en países ricos. Se transmiten al comer quistes, esporas, huevos o larvas, o al tocar la piel.
La infección puede no causar síntomas o puede hacer que te sientas mal. La diarrea es un síntoma común. Las enfermedades como la giardiasis y la amebiasis son ejemplos de parasitosis intestinales. Se tratan con medicinas y es importante prevenir la transmisión.
¿Qué es una parasitosis intestinal?
Las parasitosis intestinales son infecciones causadas por parásitos en el tracto digestivo. Se dividen en protozoos y helmintos. Estos parásitos se transmiten al comer quistes, esporas, huevos o larvas, o al penetrar la piel.
Descripción general de las parasitosis intestinales
Estas infecciones son más comunes en países en desarrollo pero están creciendo en países desarrollados. La infección puede ser asintomática o causar síntomas como diarrea, dependiendo del parásito.
Clasificación de los parásitos intestinales: protozoos y helmintos
- Los protozoos son organismos unicelulares que causan infecciones como la giardiasis y la criptosporidiasis.
- Los helmintos son gusanos que causan infecciones como la amebiasis.
Estas parasitosis son un gran problema de salud, especialmente en lugares con malas condiciones sanitarias. Los niños son más propensos a contraer estas infecciones, lo que puede afectar su crecimiento.
«Más de la mitad de la población humana se ve infectada por parásitos intestinales, siendo la población pediátrica la más afectada.»
Parásitos intestinales más comunes
Los parásitos intestinales más frecuentes son los protozoos Giardia lamblia, Cryptosporidium y Entamoeba histolytica. La giardiasis es muy común, sobre todo en niños de guarderías o con debilidad inmunitaria. La criptosporidiasis y la giardiasis se transmiten por contacto con heces.
La amebiasis, causada por Entamoeba histolytica, es más común en países tropicales. Es importante saber si has viajado a estas zonas.
Se estima que hay 2.800 millones de personas infectadas por geohelmintos. Esto incluye 1.200 millones por Ascaris lumbricoides, 795 millones por Trichuris trichiura, y 740 millones por uncinariasis.
Otros protozoos menos comunes son Issospora belli, Blastocystis hominis, y Balantidium coli.
En niños inmigrantes y adoptados, la parasitación intestinal es muy común. El 50% de los casos de parasitosis intestinal ocurre entre uno y cinco años. Giardia lamblia es más común en niños pequeños. Enterobius vermicularis afecta a niños en edad escolar.
Síntomas de las parasitosis intestinales
Las parasitosis intestinales pueden ser asintomáticas o causar síntomas digestivos y generales. Entre los síntomas más comunes están la diarrea, el dolor abdominal, la distensión, los gases, las náuseas, los vómitos y la pérdida de peso. También pueden surgir síntomas generales como fiebre.
Complicaciones de las parasitosis intestinales
Algunas parasitosis, como la giardiasis o la criptosporidiasis, pueden causar complicaciones graves. Estas pueden incluir colecistitis, colangitis, pancreatitis o, en pacientes con debilidad del sistema inmunitario, una gastroenteritis severa. En casos de infecciones por Entamoeba histolytica, puede haber una colitis fulminante con perforación intestinal y peritonitis.
«Algunas parasitosis, como la giardiasis o la criptosporidiasis, pueden causar complicaciones graves en pacientes inmunodeprimidos.»
Es clave estar atento a los síntomas y buscar atención médica si es necesario. Un diagnóstico y tratamiento temprano pueden prevenir complicaciones más graves.
Factores de riesgo para contraer parasitosis intestinal
Las parasitosis intestinales son un problema de salud pública. Afectan principalmente a niños. Hay varios factores que aumentan el riesgo de contraer estas infecciones.
Uno de los principales factores es vivir en entornos con malas condiciones higiénico-sanitarias. No tener acceso a agua potable y saneamiento adecuado facilita la transmisión de parásitos intestinales.
El consumo de alimentos o agua contaminados también es un riesgo. Beber o comer productos que han estado en contacto con aguas residuales o animales infectados puede causar infecciones.
- La convivencia con personas infectadas o mascotas que puedan ser reservorios de parásitos también incrementa el riesgo de contraer parasitosis.
- Asistir a guarderías o residir en instituciones donde puedan existir brotes de infecciones parasitarias también es un factor de riesgo.
- La malnutrición y la inmunodepresión hacen a las personas más vulnerables a las parasitosis intestinales.
Los antecedentes de viajes a países tropicales o en vías de desarrollo también aumentan el riesgo. Por ejemplo, viajar puede llevar a contraer amebiasis.
Es clave estar atento a estos factores de riesgo. Tomar medidas preventivas es fundamental. Esto incluye mantener buenas prácticas de higiene, consumir alimentos y agua seguros, y hacer controles médicos regulares, especialmente si se tienen factores de riesgo.
Parasitosis intestinal: tipos y características
Los parásitos intestinales se dividen en protozoos y helmintos. Cada grupo tiene características y síntomas únicos. Es clave saber esto para identificar y tratar las parasitosis intestinales.
Parasitosis causadas por protozoos
Entre los protozoos más comunes están la Giardia lamblia, el Cryptosporidium y la Entamoeba histolytica. Se transmiten al comer quistes o esporas contaminadas. Esto puede causar diarrea, dolor abdominal y pérdida de peso.
- Giardia lamblia: Es muy común en niños de guardería y puede causar infecciones fuera del intestino en personas sin síntomas.
- Cryptosporidium: Es el responsable de la diarrea crónica en muchos viajeros.
- Entamoeba histolytica: Aunque la prueba de anticuerpos puede ser positiva, no siempre indica una enfermedad activa. Los anticuerpos pueden estar altos por años.
Parasitosis causadas por helmintos
Los helmintos, o gusanos, también causan muchas parasitosis. Entre ellas están las infecciones por oxiuros, anquilostomas y tenias. Se transmiten al comer huevos o larvas contaminados. Los síntomas pueden incluir irritabilidad, eosinofilia y, en casos graves, problemas fuera del intestino.
- Oxiuros: Son muy comunes y afectan sobre todo a los niños.
- Anquilostomas: Afectan al 25% de la gente en todo el mundo.
- Tenias: La Hymenolepis nana es responsable de muchos casos. Puede ser asintomático o causar irritabilidad y mucha eosinofilia.
Entender los tipos de parasitosis intestinales y sus características es clave para un diagnóstico y tratamiento correctos.
Diagnóstico de las parasitosis intestinales
Es clave saber si tienes parásitos intestinales para tratarlos bien. Antes, se usaba mucho el examen de heces para ver si había parásitos o huevos. Pero, a veces no capturaba a todos los parásitos.
Gracias a los avances, ahora hay mejores formas de detectar estos parásitos. Entre ellas están:
- Pruebas de detección de coproantígenos: Estas pruebas buscan proteínas de los parásitos en las heces. Son muy precisas y sensibles.
- Análisis moleculares: La PCR, por ejemplo, busca genes de los parásitos. Es más rápida y precisa que el examen de heces.
Estas nuevas técnicas son muy útiles para seguir el tratamiento y estudiar cómo se difunde la enfermedad. Ayudan a identificar qué tipo de parásito tienes.
«Las parasitosis intestinales son comunes en lugares calurosos y países en desarrollo. También ocurren en países desarrollados.»
Así pues, el diagnóstico de las parasitosis intestinales ha mejorado mucho. Ahora tenemos herramientas más precisas para tratar y estudiar estas enfermedades.
Tratamiento de las parasitosis intestinales
El tratamiento de las parasitosis intestinales se basa en fármacos antiparasitarios. La elección del medicamento depende del parásito. Estos fármacos eliminan los parásitos del cuerpo. A veces, se necesitan medicamentos adicionales para aliviar síntomas.
Tratamiento farmacológico antiparasitario
Es clave que todo el núcleo familiar tome el tratamiento. Esto ayuda a evitar reinfecciones. También es importante seguir medidas higiénicas para prevenir la transmisión.
- Para la amebiosis, los nitroimidazoles son la mejor opción. No se han descrito resistencias a estos medicamentos.
- La balantidiosis se trata con tetraciclinas o metronidazol.
- La respuesta al tratamiento de coccidios es mejor en personas con un sistema inmune fuerte.
- La criptosporidiosis se trata con soporte hidroelectrolítico y nitazoxanida si es persistente.
- La giardiosis se trata con nitroimidazoles. En niños, el albendazol es tan bueno como el metronidazol.
- La microsporidiosis intestinal puede variar según la salud del paciente. En personas con un sistema inmune fuerte, suele ser asintomática.
«En España, se estima una baja notificación de casos de parasitosis intestinales, alrededor del 10%.»
Prevención de las parasitosis intestinales
Para prevenir las parasitosis intestinales, es clave mantener una buena higiene. Lavarse las manos con frecuencia es esencial, sobre todo antes de comer y después de ir al baño. También es importante evitar beber agua no tratada de ríos, lagos o arroyos.
Es bueno tener cuidado con los alimentos crudos en lugares con riesgo de parasitosis. Lavar y cocinar bien los alimentos ayuda a eliminar parásitos.
La higiene personal y de los espacios también juega un papel importante. Es vital mantener limpios lugares como guarderías o centros de cuidado. Si sospechas una infección, es crucial consultar a un profesional para recibir el tratamiento correcto.
También, vacunar y desparasitar a nuestras mascotas es una medida preventiva. Esto ayuda a evitar la transmisión de parásitos como pulgas, piojos y garrapatas, especialmente en verano. Usar insecticidas en aerosol, pantallas y mosquiteros también puede prevenir las parasitosis externas.